“EL TIEMPO PREOCUPA Y OCUPA UN ESPACIO EN LA VIDA DE LAS PERSONAS, SU TRANSCURRIR MARCA MOVIMIENTOS QUE RECORDAMOS COMO INSTANTES FELICES, DESGRACIADOS, ANGUSTIANTES, SERENOS, ETC. DONDE NOS UBICAMOS DEPENDE DE NOSOTROS. ANABELLA TRATA EL MOVIMIENTO A TRAVÉS DEL SIGNO (AGUJAS) Y SUS DISTORCIONES, CADA UNA IMPLICA LA POSIBILIDAD DE LEER ESTOS INSTANTES.”

GABRIELA LUCHINI
Profesora de la Escuela de Artes Visuales M. A Malharro.

sábado, 30 de octubre de 2010

INTRODUCCION

El siguiente Blog es un proyecto investigativo en el cual se aborda la
temática del Movimiento en lo Plástico y sus diferentes representaciones en
el campo visual bidimensional. Para desarrollar el tema hago una
introducción sobre la propia visión y experiencia desde los talleres en los
cuales trato la temática y abordando aquellos estilos artísticos que
incursionaron en esto a lo largo de la historia del arte.
La intención de mi obra es generar una cierta sensación de movimiento.
Según Arnheim en Arte y percepción visual, dice “el movimiento implica un cambio en las condiciones del medio, y el cambio puede exigir una reacción”
Mi producción intenta mostrar ese cambio y esa reacción, el cambio mediante un signo que denota el tiempo representado por agujas y tal reacción, en sus diferentes distorsiones.
La dinámica también esta dada por el juego constante de formas, líneas, direcciones y la superposición de planos generando o sugiriendo profundidad. La paleta de colores surge de variables que van desde el contraste de colores puros a los desaturados y cierta armonía, a la vez, mediante el gradiente de color.



Las arenas del tiempo.
Acrílico sobre tela.
Anabella Balmori.
100 cm x 160 cm.
2010.

Indicios.
Acrilico sobre tela
Anabella Balmori
80 cm x 60 cm.
2010

Simetria Temporal.
Acrilico sobre tela
Anabella Balmori
44 cm x 125 cm.
2010

Desarrollo de la investigación.

En las artes visuales, específicamente en la producción bidimensional, el movimiento, o mejor dicho, la sensación de desplazamiento y actividad, es un elemento compositivo auxiliar representado mediante elementos relativos a la perspectiva, estructura, posición e interacción de figuras, dirección y secuencialidad.
En la producción pictórica, el movimiento, que es meramente perceptual, se mantiene sumido a la jerarquía total de la obra, puesto que en ella priman por sobre todo el color y las formas; pero en el caso de otras artes el movimiento, en cuanto es de orden físico y óptico, es base estructural de la creación.
Conscientes de la cualidad fija de la pintura, algunos artistas intentan romper la inmovilidad, como los cubistas a través de la fragmentación del espacio, los futuristas mediante la descomposición del espacio del cuadro en planos rítmicos que sugieren desplazamientos de las figuras, uso de la superposición, interpreta el movimiento como secuencias fotográficas, ya sea incorporando mecanismos móviles al soporte plano, o bien, experimentando con la teoría del color y la composición geométrica, como el Op Art, que genera sensaciones de movimiento desde la pintura, por lo cual éste existe exclusivamente en el ojo del espectador.

Según el Léxico Técnico de las artes plásticas

Movimiento
Es el foco de atención más fuerte en una composición.
Sugerencia que se logra en un orden plástico debido a la aplicación, en la organización, de determinados fundamentos visuales: destino común, buena dirección, secuencia lineal, transponibilidad, agrupamiento, progresión, alternancia, etc.
Tensión existente entre varios elementos formales o lineales y el campo que los contiene, a través de la cual las figuras son atraídas, repulsadas o aquietadas provocando  la sugerencia del movimiento o desplazamiento. También existe movimiento por la tensión que puede lograrse al  yuxtaponer partes de un todo único, que han sido observadas bajo distintos ángulos visuales, tal como puede verse en distintas obras de Picasso, por ejemplo, cuando un frente y un perfil aparecen dentro de un mismo contorno, en casos así, como conjunto perceptual inseparable la tensión alcanza su máxima intensidad, dado las contradicciones visuales de la estructura, lo cual da como resultado una fuerte dinámica.
El movimiento es un acontecer en relación con las cosas fija. “La experiencia del movimiento visual presupone dos sistemas, uno de los cuales se desplaza en relación al otro”,  Según la regla de Duncker, en la experiencia de desplazamiento el marco tiende a permanecer fijo,  mientras que el objeto dependiente de ese marco ejecuta el movimiento. La estructura del contexto en el espacio y en el tiempo determinan la percepción del movimiento, es decir velocidad y dirección  (la velocidad puede ser constante, cambiar en progresión regular o abruptamente). El movimiento se percibe dentro de ciertos límites de velocidad, el minutero del reloj, aparentemente permanece quieto, dada su escasa velocidad, pero las paletas de un ventilador se ven como una forma borrosa y quieta dada su alta velocidad. De igual manera un objeto pequeño parecerá desplazarse a mayor velocidad  que uno de gran tamaño. La dirección está determinada por el sentido de la secuencia en que un objeto, forma, color, etc., sigue en un orden dado, o por la tensión de una línea, forma, etc., con respecto a un borde o en su propia dinámica, así vemos desplazarse hacia arriba a una vertical con velocidades distintas en sus extremos, subir a un triángulo isósceles, dirección igual en una horizontal con mínima diferencia de velocidad hacia la izquierda, y careces de dirección a un cuadrado. Es decir los elementos axiales expresan movimiento, una catedral gótica es ascendente. Las superficies curvas expresan movimiento doble, acercarse y alejarse.
El movimiento puede ser continuo, con dirección establecida, lineal o giratorio. Puede también ser periódico a la manera de un péndulo. La forma del movimiento puede ser simple o compleja, cuando por ejemplo, varios elementos realizan igual movimiento con igual ritmo, o cuando dos o más grupos realizan distintos movimientos organizados con ritmos  distintos entre sí.
Existen 7 tipos de movimientos, en la interrelación de formas:
 -Movimiento Centrífugo: se refiere a un tipo de organización en la cual, por la disposición direccional o tensional de las fuerzas plásticas, éstas tienden a alejarse del centro, dirigiéndose marcadamente a las zonas externas del mismo, es decir, dejan de ser atraídas por él.
- Movimiento Centrípeto: disposición de las fuerzas plásticas en la cuál éstas son atraídas por el centro y hacía él se dirigen, provocando la sugerencia de un cierre exterior del orden.
- Movimiento Descriptivo: son aquellos ademanes deliberados que se llevan a cabo para expresar diversas cualidades preceptuales, es así que pueda describirse lo pequeño, lo grande, lo redondo, lo angular, etc., tanto como el contorno de un objeto. Expresión.
 - Movimiento Diagonal: es uno de los índices para provocar sugerencias de espacio sobre una superficie.
Si los objetos o figuras que aparecen sobre el plano se hallan apoyados sobre diagonales, se ubican perceptualmente en distintos niveles espaciales. La línea de horizonte, latente o visible, constituye en este caso un marco de referencia para el espectado, quién juzga la relación espacial de los objetos respecto de ella. El plano horizontal de tierra, sufre en este caso, por la diagonal en la que se hallan los objetos, una leve inclinación u oblicuidad.
Es ésta una elación abstracta de espacio, en la cual las figuras no se ven obligadas a perder tamaño para ocupar los distintos niveles, situación que se sostiene aunque el objeto de último término sea de mayor tamaño que el del primer término, pero si sugiere menor profundidad. Para acentuar el espacio se puede incluir la pérdida de tamaño en los objetos (pero sin hacer uso de las leyes que apoyan a la perspectiva)  y la pérdida del detalle en los mismos a medida que se alejan. En este caso el objeto de primer nivel se encuentra siempre en la zona más baja del cuadro. Fue factor de espacio muy usado en Oriente y que la pintura moderna revalorizó, ya que su empleo se aleja del mundo ilusorio de la perspectiva.
-Movimiento Estroboscópico: sensación de movimiento, que en el campo de la plástica, produce una sucesión de figuras inmóviles, las que cambian de posición, tamaño o forma desde una dada a su polar o contraria. Por la constancia de forma, a través de la cual se reconoce la imagen, o bien por el gradiente de tamaño (de grande a pequeño en una forma igual y constante) o de forma (transformación paulatina de una forma a otra, cuadrado a círculo, por ejemplo) la retina recibe el cambio de posición de figura a figura, en base a un grado determinado de tensión entre ellas y con el cambio la sugerencia de movimiento. De igual manera que la serie de imágenes inmóviles de una película cinematográfica, las que presentarán una figura saltando, al proyectarse ésta, permite registrar por el estímulo retiniano, la percepción clara y total del movimiento de salto.  Un claro ejemplo de este tipo de movimiento esta dado en “los ciegos” de BRUEGHEL o en el experimento de WERTHEIMER, en el cual dos luces próximas entre sí, que se encienden y apagan alternativamente a intervalos de tiempo corto presentan la imagen de una luz que se traslada, es decir es movimiento percibido.
- Movimiento Fisonómico: refleja la naturaleza de la personalidad. Temor, firmeza, etc., se expresan en los movimientos de una persona. El movimiento corporal revelará también el estado de ánimo. La captación plástica de tales estructuras del movimiento reflejará los mismos estados. La interpretación de estas estructuras, como principio de percepción, será de valor fundamental para la transmisión de contenidos.
-Movimiento ilusorio: teniendo en cuenta el campo de fuerzas que constituye una estructura visual, la fuerza de la estructura inducida del rectángulo de encierro, así como las fuerzas propias de las formas, establece entre ellas y con el campo una tensión de atracción y repulsión, a través de la cual se percibe en las mismas un movimiento, movimiento perceptual, no real, pero que, visualmente, tiene una fuerza semejante, dado que el estímulo de un punto puede extenderse a la superficie que lo circunda.
Puede ser ejemplo de este movimiento ilusorio, la atracción entre dos formas que tienden  a ser vistas juntas, a integrar una sola configuración; la sensación de movimiento estroboscópico, o bien la experiencia de  WERTHEIMER.

La Multivisión es equivalente de visión simultánea y visión en movimiento. Es la resultante que se produce al organizar objetos vistos en movimiento, sean éstos de la realidad o bien de la representación visual. Se obtiene cuando un objeto es observado bajo distintos ángulos de visión, cuando es conocido en todas sus partes componentes y algunas de ellas se vuelcan de manera simultánea, teniendo presente la selección de aquellas que mejor convengan a la discriminación de cada objeto en sí, de lo que resulta que esas diversas partes, de arriba, de costado, etc., al manifestarse yuxtapuestas y muchas veces encerradas dentro de un contorno común, establecen entre ellas una fuerte tensión, provocando como consecuencia una relación dinámica, la que se visualiza a través de una distorsión ya que al mezclar o yuxtaponer las diversas vistas, el resultado es un objeto compuesto que para el no conocedor es visto o interpretado como distorsión. Tal distorsión es equivalente de movimiento traducido al espacio pictórico o lo que sería espacio-tiempo.
Este resultado no se obtiene sólo por la visualización del objeto bajo ángulos de visión diversa, surge en muchos casos de la yuxtaposición y superposición de formas que se interpenetran y se transparentan, las que aún siendo abstractas, provocan igualmente la dinámica necesaria de la cual resulte el movimiento más o menos veloz  acorde con la estructuración que se otorgue a los elementos.
Es una realización creativa en la que se relacionan  el ver, sentir y pensar, cuando estos dejan de ser interpretados como serie de fenómenos aislados.  Esta manera de concebir el espacio y el tiempo, fenómenos a los cuales la Física  moderna encontró estrechamente relacionados, fue llevada a la plástica por futuristas y cubistas, los que se destacaron por sus investigaciones y por encontrar las soluciones de legibilidad que el simultaneísmo exigía para poder ser aprehendido por el espectador.

En el libro “Punto y línea sobre el plano”

Kandinsky habla sobre la línea como factor de movimiento. La línea es la traza que deja el punto al moverse y es por lo tanto su producto. Surge del movimiento al destruirse el reposo total del punto. Hemos dado un salto de lo estático a lo dinámico.
Las  fuerzas  que provienen del exterior y que transforman el punto en línea varían: la diversidad de las líneas depende del número de estas fuerzas y de sus combinaciones.
Sin embargo, todas las fuerzas productoras de líneas pueden reducirse en definitiva a dos:
a) fuerza única: con efecto único o continuado de ambas fuerzas alternantes.
b) dos fuerzas: con efecto simultáneo de ambas fuerzas.
Cuando una fuerza procedente del exterior desplaza al punto en cualquier dirección, se genera el primer tipo de línea; la dirección permanece invariable y la línea tiende a prolongarse indefinidamente.
Se trata de la recta, que en su tensión constituye la forma más simple de la infinita posibilidad de movimiento.
He decidido sustituir la palabra “movimiento”, de uso corriente, por “tensión”. La “tensión” es la fuerza presente en el interior del elemento, que aporta tan sólo una parte del “movimiento” activo; la otra parte esta constituida por la “dirección”, que  a su vez esta determinada también por el “movimiento”. Los elementos en la pintura son las huellas materiales del movimiento, que se hace presente bajo el aspecto de: tensión, dirección.
 Esta clasificación crea, una base para distinguir elementos de tipo diverso, como por ejemplo el punto y la línea. El punto esta constituido exclusivamente por tensión, ya que carece de dirección alguna. La línea combina, al contrario, tensión y dirección. Si con respecto a la recta tomáramos solamente en cuenta su tensión, no podríamos diferenciar una horizontal de una vertical. Del mismo modo, al analizar  el color veremos que algunos de ellos sólo se diferencian entre sí por la dirección de las tensiones.
  Hay tres tipos de rectas, de las que derivan otras variantes:   
1. La forma más simple de recta es la Horizontal. En la percepción humana corresponde a la línea o al plano sobre el cual el hombre se yergue o se desplaza. La horizontal es por tanto la base protectora, fría, susceptible de ser continuada en distintas direcciones sobre el plano. Su frialdad y achatamiento constituyen el tono básico de esta línea, a la que podemos definir  como la forma más limpia de la infinita y fría posibilidad de movimiento.
2. El perfecto opuesto de esta línea es la Vertical, que forma con ella ángulo recto; la altura se opone a la chatedad, el calor sustituye al frío: es lo contrario en un sentido tanto externo como interno. La vertical es, por tanto, la forma más limpia de la infinita y cálida posibilidad de movimiento.
3. El tercer tipo de recta es la Diagonal, que, esquemáticamente,  se separa en ángulos iguales de las anteriores. Su tendencia hacia ambas  es equivalente, lo cual determina su tono interior: reunión equivalente de frío y calidez. O sea, la forma más limpia del movimiento infinito y templado.
Estos tres tipos son las formas más puras de la recta y se distinguen entre sí por la temperatura:

Movimiento       
Infinito.
                          a) forma fría.                 Formas más puras de las posibilidades del  
                          b) forma cálida.              movimiento infinito.
                          c)  forma cálido-fría.

El Movimiento. (ARNHEIM, R. Arte y percepción visual)

El movimiento es el más intenso foco visual de atención. El movimiento implica un cambio en las condiciones  del medio, y el cambio puede exigir una reacción. Puede indicar la proximidad de un peligro, etc.
Los acontecimientos, nos atraen más espontáneamente que las cosas, y la primera característica de ellos es el movimiento. A la estación de ferrocarril, llamamos una cosa; a la llegada del tren, un acontecimiento. Esta distinción no depende sólo del movimiento, sino también de otras especies de cambio: el cambio de color del cangrejo de mar, el proceso de ablandamiento de una papa.
En realidad no percibimos el acontecimiento como tal, sino las cosas padeciendo un  cambio. Hay excepciones, cuando la acción es demasiado veloz. Wertheimer descubrió en sus experimentos sobre el movimiento estroboscópico que lo que los sujetos percibían en ciertas condiciones no era un objeto que se trasladaba de una posición a otra, sino más bien un “movimiento puro”   que tenía lugar entre dos objetos y sin relación con ninguno de ellos. Los acontecimientos se perciben con mayor frecuencia como acciones de los objetos. El mundo está hecho  de cosas que cambian y de otras que permanecen inalterables.
La distinción entre objetos en acción y objetos en reposo, no es tan correcta. Para la Física toda materia está en movimiento, la de una casa, la de un vuelo de un pájaro. En un vuelo de un pájaro existe también un desplazamiento de objeto íntegro. Y en ello desaparece  la distinción entre cosa  y acción  desaparece  por completo, pues la materia no es sino un conglomerado de energía. El carácter de cosa y las actividad no son sino propiedades de estructuras de fuerzas.
Un objeto visual es una estimulación, una acción sobre el organismo que se convierte en acción en el sistema nervioso. Todo objeto visual es un acontecimiento dinámico y que una cosa en reposo es aquella en que las fuerzas no están ausentes, sino que se encuentran en equilibrio.

TIEMPO Y SECUENCIA
La diferencia entre una danza y un cuadro, la primera ocurre en el tiempo y una pintura está fuera del tiempo.
El tiempo es la dimensión del cambio. Contribuye a la descripción del cambio y no existe sin él.  
De modo similar, los objetos inmóviles nos dan la impresión de estar fuera del tiempo. En teoría, mi escritorio subsiste en el tiempo mientras que mi lapicera se mueve sobre el papel.
La historia que describe el cuadro que vemos en la pared no está detenida en su curso. Está fuera del tiempo. Para que un objeto inmóvil parezca estar privado de movimiento o resistiéndole, son necesarias ciertas condiciones especiales.
Lo que distingue la experiencia de los acontecimientos  de la de las cosas, no es que aquélla contenga la percepción del paso del tiempo, sino que seamos testigos de una secuencia organizada cuyas fases sucesivas se siguen significativamente en un orden unidimensional. Ningún vínculo de tiempo los relaciona, pues el tiempo  no puede crear orden. Es el orden el que crea el tiempo.
Si recodamos un hecho que no tiene un lugar significativo en la secuencia de los acontecimientos pasados, ese hecho tiene tan poca relación con el tiempo, como un objeto brillante aislado en un cuarto oscuro tiene poca relación con el espacio.
Todo lo que ya ha ocurrido se modifica por lo que ocurre después
 Esta posibilidad de alteración que tiene el pasado y el hecho de que toda la secuencia de un hecho pasado se nos de como movimiento de un objeto que ahora estamos mirando, se explica por el carácter espacial de la memoria. Sea lo que fuere aquello que se recuerda; se localiza en el espacio de las huellas de la memoria, se ubica en algún lugar del cerebro  tal como ahora existe, tiene más bien una dirección que una fecha. Esto quiere decir que la experiencia de un acontecimiento, una danza o una pieza musical, por la interacción de las huellas que ha dejado en nosotros. 

La mera distribución de las partes en el espacio no organiza una obra pictórica o arquitectónica. La diferencia esencial entre ambas no reside en que una se base en el tiempo y la otra en el espacio, sino que en la secuencia en que las partes de una composición deben relacionarse entre sí. Cuando miramos una escultura o un cuadro, el orden de las percepciones no forma parte de la composición.
Un cuadro contiene uno o varios temas dominantes, a los cuales el resto se subordina.
El observador examina las varias zonas del cuadro en sucesión porque ni el ojo ni la mente son capaces de captar todo simultáneamente, pero no interesa el orden en que se realice la exploración. Las direcciones específicas que indica la composición no tienen que coincidir necesariamente con el curso que sigue la mirada. Una “flecha” compositiva que va de izquierda a derecha se percibe igualmente aunque la mirada avance en dirección opuesta o si se mueve en zigzag a través de la dirección que señala la composición. Las barreras que los conflictos de contorno o color erigen en el cuadro no detienen al ojo. Por el contrario, se advierten y se experimentan en el proceso de ser transpuestas.
En un cuadro el equilibrio permanente esta constituida por las acciones de las fuerzas que se atraen y se repelen entre si, se orientan en direcciones particulares y se manifiestan en secuencias espaciales de forma y color.
Ejemplo: las fuerzas representadas en un cuadro se definen fundamentalmente por el espacio. La dirección, la forma, el tamaño y la ubicación de las formas que las encarnan, determinan dónde se aplican estas fuerzas, hacia donde se dirigen, y cuánta es su intensidad.
La expansión del espacio y sus características estructurales sirven como marco de referencia para la caracterización de las fuerzas.

¿CUÁNDO VEMOS EL MOVIMIENTO? 
¿En qué condiciones percibimos el movimiento? Una oruga se arrastra por la calle. ¿Por qué la vemos moverse en tanto que la calle permanece fija y no vemos que el paisaje entero, incluso nosotros mismos, se desplaza en la dirección opuesta, con la sola excepción de la oruga?   
 La experiencia del movimiento visual presupone que se vean dos sistemas, uno de los cuales se desplaza en relación al otro. La oruga se desplaza en relación al paisaje; la torre inclinada se derrumba en relación a las nubes.
DUNCKER ha formulado la regla psicológica de lo que acaece en cada caso particular. Señala que los objetos se ven en el campo visual en relación jerárquica de dependencia. Es el mosquito el que se adhiere al elefante y no éste aquél.
Aún sin contar con el movimiento, la organización espontánea del campo asigna a ciertos objetos el papel  de marco, del que los otros dependen. El campo está constituido por una compleja jerarquía de tales dependencias.
El cuarto sirve de marco a la mesa; la mesa, a la frutera ésta a las manzanas. La regla de   DUNCKER indica que en la experiencia de desplazamiento, el marco tiende a permanecer inmóvil, mientras que el objeto dependiente ejecuta el movimiento. Cuando no existe dependencia, los dos sistemas pueden moverse simétricamente, aproximándose o alejándose el uno del otro a velocidad idéntica.   
Duncker, y más tarde Oppenheimer, establecieron algunos de los factores que condicionan la dependencia. El cercamiento es uno de ellos. La “figura” tiende a moverse; el fondo a permanecer inmóvil. La variabilidad es otro factor. Si un objeto cambia su forma y tamaño y el otro permanece constante, por ejemplo una línea que parte desde encuadrado, el objeto variables el que se mueve. El observador ve la línea que sale del  cuadrado y no el cuadrado que se encoge mientras la línea permanece inmóvil. La diferencia de tamaño es efectiva en el caso de los objetos contiguos. Cuando los objetos se encuentran uno junto a otro, ya sea lateralmente o en la dimensión de profundidad-uno por delante del otro-, el más pequeño será el  que se mueva. La intensidad es otro factor. Dado que el objeto más oscuro se ve dependiente de más claro, cuando tiene lugar un desplazamiento, el objeto más oscuro se mueve y el más claro permanece quieto.
El observador también actúa como marco de referencia. Pues percibe el desplazamiento en relación a su propia ubicación.
Duncker explica: el objeto observado asume el carácter de figura, mientras que la parte no observada  del campo tiende a convertirse en fondo. Dado que en general es la figura la que se mueve, el hecho de concentrar la mirada tiende a producir movimiento.
En algún caso particular, varios de los factores aquí enumerados, como también los que dependen de las condiciones visuales y kinestésicas del observador  se apoyan o se obstaculizan mutuamente, de modo que la percepción de movimiento resultante se determinará por la intensidad relativa de los factores comprendidos.

DIRECCION
Que el movimiento se perciba y dónde, se determinará, por la estructura de su contexto en el espacio y en el tiempo. Lo mismo puede afirmarse para las propiedades más específicas del movimiento, como dirección y velocidad.
Todo movimiento, excepto el más simple, es una combinación de subsistemas que funcionan independientemente  y, que a la vez, se integran en un todo.
La dinámica también va a depender de la forma.

LAS REVELACIONES DE LA VELOCIDAD.
El movimiento, como también otras clases de cambio, se percibe solo de ciertos límites de velocidad. El sol y la luna se trasladan tan lentamente que parecen estar detenidos; y la chispa del relámpago es tan veloz que todo su curso se muestra simultáneamente como una línea.
Un cambio de velocidad no solo puede hacer expresivas las cualidades preceptúales, sino también modificarlas cualitativamente.
Este fenómeno es el resultado de la ambigüedad de la dinámica visual. La alta velocidad a que se mueve un objeto puede percibirse como si éste se debiera a una gran potencia motora y/o a la poca resistencia del medio. La lentitud se ve como resultado de la debilidad o falta d esfuerzo por parte del objeto y/o a la gran resistencia por parte del medio.
La velocidad visual también depende del tamaño de los objetos de que se trate. Los objetos grandes parecen moverse más lentamente que los pequeños. Un campo pequeño da la impresión de un movimiento más veloz.

EL MOVIMINETO ESTROBOSCÓPICO.
¿Por qué vemos movimiento donde no lo hay?  
Cuando sobre las retinas se proyecta la imagen de un automóvil en marcha, se estimulan diferentes grupos de receptores a medida que cruza la superficie retiniana.
El estudio más conocido acerca del problema  es de Wertheimer. Investigó el movimiento que se percibe cuando se encienden en la oscuridad dos puntos luminosos a distancia adecuada y con un intervalo de tiempo ajustado. Sobre la retina se estimulan dos puntos en sucesión. Cuando se hallan espacialmente muy alejados o el intermedio temporal es grande, vemos que aparece y desaparece una de las luces, y luego que la otra hace lo mismo. Cuando están próximas entre si o el intervalo temporal es muy corto, vemos que ambas se iluminan a la vez. Pero en condiciones optimas, vemos la convincente imagen de una luz que se traslada de un punto a otro.
Puesto que vemos movimiento, debe producirse en algún lugar del cerebro.

Los experimentos de Wertheimer fueron sugeridos por un juguete inventado y descripto por primera vez en 1834 por Horner. En un tambor se insertaban una  serie de figuras que representaban las fases del movimiento de algún objeto, por ejemplo,  un caballo saltando, y se las miraba  en sucesión a través de unas ranuras, mientras el cilindro giraba. Esta invención se llamaba daedaleum, otras de la misma especie condujeron posteriormente a la técnica cinematográfica. Tanto el sencillo juguete como el moderno proyector de películas producen sensación de movimiento por una rápida sucesión de figuras inmóviles.
El principio de agrupación desempeña también un papel importante. Es más probable que un objeto en movimiento preserve su identidad, cuanto menos cambien su tamaño, forma, claridad, color o velocidad. Si el objeto altera la dirección de su carrera, su identidad se ve amenazada. Por ejemplo: si una liebre perseguida dobla de pronto, el cambio de dirección no impedirá que sigamos viendo el mismo animal. Si en el momento del cambio se transforma en un pavo, la identidad puede interrumpirse, y veremos a un segundo animal que parte desde el punto en que el otro ha desaparecido. Pero si la transformación de forma y color tiene lugar sin cambio de ruta, puede que la consecuencia de sendero y velocidad sea o suficientemente fuerte como para que veamos el mismo animal que se transforma durante la persecución.

A LO LARGO DE LA HISTORIA DEL ARTE LOS DIFERENTES ESTILOS ARTISTICOS DESARROLLARON LA TEMATICA DEL MOVIMIENTO DE DIFERENTES FORMAS.